viajes y escapadas

Descubriendo La Provenza

15 junio, 2015

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Que soy una enamorada de Francia y lo francés, lo he ido pregonando prácticamente desde que empecé a escribir el blog e incluso es algo que subrayo en mi perfil. Teniendo en cuenta la gran ventaja que tengo de vivir a una hora y media de la frontera con el país vecino, eso me ha permitido escaparme varias veces y entre otras regiones he podido visitar Alsacia, la Bretaña, Normandía y el Valle del Loira. Me quedaba pendiente, sin duda, la más famosa de todas: La Provenza.

En líneas generales tengo que admitir que no vengo excesivamente entusiasmada. Me ha parecido que está demasiado enfocada al turismo y eso le resta autenticidad. De todas formas, el hecho de haber sido las primeras vacaciones con Gala, lo ha convertido en un destino muy especial. Viajar con un bebé de 5 meses tiene sus peculiaridades y a veces te depara algún que otro contratiempo. Como por ejemplo, cuando nos tuvimos que desviar de la ruta un domingo al mediodía para acabar comprándole ropa en un Intermarché porque no llevávamos nada de recambio y ese día el pañal no estaba bien ajustado y se escapó todo. Pero siendo sincera, al margen de esas pequeñas anécdotas, lo mejor de las vacaciones ha sido lo bien que se ha portado. Y eso que no éramos del todo optimistas viendo lo inquieta que estuvo en una anterior escapada que habíamos hecho a Begur. Cada día nos íbamos en coche a visitar pueblecitos o ciudades y ella aprovechaba esos trayectos para dormir. En los restaurantes se quedaba tranquila en el cochecito cosa que hasta el momento había sido casi imposible. Y además, hemos podido comprobar que le gusta mucho hacer el turista y que disfruta descubriendo cosas nuevas.

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Nuestra primera parada en La Provenza fue en L’Isle sur la Sorgue, un pueblo famoso por albergar un sinfín de anticuarios y brocantes, eso sí, con piezas solo aptas para bolsillos adinerados. Consejo: preferible no visitarlo en domingo. Ese día hay mercado con lo que se multiplican los visitantes y la verdad, tanta marabunta de gente es agobiante. Por no decir que es muy difícil encontrar aparcamiento y mesa para comer. Sobretodo, no dejéis de entrar en Le Village des Antiquaires de la Gare porque es un pequeño paraíso, un auténtico Marché aux Puces con un encantador café donde recomiendo tomaros algo en su terraza. Nosotros lo hicimos, y fue una de las mejores experiencias del viaje.

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Los mejores paisajes provenzales los vimos en la zona del Luberon. Allí se encuentran dos de los pueblos más bonitos de Francia y reconocidos oficialmente en la lista de los 25 elaborada por el patronato de turismo del país: Gordes y Les Baux de Provence. Sí, son muy bonitos, pero me sobraban tantas tiendas de souvenirs. Personalmente me quedo con el pueblo de Rousillon y sus casas con fachadas en tonos ocres, mucho más tranquilo y desde el que se puede contemplar uno de los paisajes más espectaculares de La Provenza. Además, durante el trayecto en carretera que une Gordes y Roussillon pudimos encontrar campos de lavanda, algo que me había propuesto fotografiar sí o sí en este viaje. También fue una delicia descubrir el Bistrot de Marie en el coqueto Saint Remy. A pesar de no ser un restaurante demasiado económico, merece la pena comer en su patio.

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También hay que perderse por Avignon y visitar el imponente Palacio de los Papas, además de pasear por la elegante Aix-en-Provence, antigua capital de la región antes de que lo fuese Marsella. En Aix, me topé con una tienda para bebés y niños que era toda una perdición: Le Petit Souk, con un estilo retro y vintage que me dejó alucinada.

Y respecto a nuestro alojamiento, Francia es un país con una oferta muy amplia ya que al margen de hoteles y alojamientos particulares, dispone de toda una red de Maisons d’Hôtes o Casas de Huéspedes, con una excelente calidad relación-precio. Nosotros elegimos una casita dentro de una propiedad, en el Domaine des Machottes, es lo que en Francia se conoce como un gîte.

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Imágenes: ToC ToC Vinatge

El hecho de tener absoluta privacidad y de poder ir a nuestro aire, nos permitió poder organizarnos mejor con Gala, y a excepción de una noche que cenamos fuera, el resto siempre lo hicimos en la casa. Es difícil en verano mantener la rutina de acostarla a las ocho y media, pero para ella es lo más adecuado para poder conciliar mejor el sueño. Precisamente, la noche que nos saltamos esa rutina y nos la llevamos a cenar con nosotros, acabamos descubriendo un bonito restaurante, Le Rabelais, en el pequeño pueblo pesquero de Saint-Chamas. Nos dieron una mesa en el patio, bajo un olivo, y al margen del servicio, que fue impecable, cenamos de maravilla y a muy buen precio.

De todas formas, el descubrimiento más especial, me lo guardo para el próximo post.

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    […] como podréis comprobar en sus posts sobre viajes en los que nos invita a acompañarla a París, la Provenza, o […]

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  • Luna 18 junio, 2015 at 12:47

    Una crónica preciosa Sonia, las fotos destilan paz y esa atmósfera de sosiego tan propia de los periodos vacacionales, días soleados y apacibles, donde todo a nuestro alrededor invita a la calma y, a la tertulia,… con un buen rosé en la mano. Nunca he visitado esa zona, aunque me encantaría ir, sí en cambio el suroeste, Saint Jean de Luz, Biarritz, Bayonne, Hossegor, Moliets, Léon… que también tiene su encanto. Pero tengo que decir que, viajando por la península he descubierto pueblos maravillosos y muy cuidados, que en nada tienen que envidiar a nuestros vecinos galos e, igualmente en cuestión de vinos ¿no crees? 😉

    • ToC ToC Vintage 1 julio, 2015 at 00:10

      Totalmente de acuerdo! Nuestro país es maravilloso, y te lo dice una que prácticamente se lo ha recorrido entero. Francia tiene ese encanto particular que a mi personalmente me fascina, solo con oír el idioma ya tengo suficiente. Por cierto, yo no conozco el suroeste, y ganas no me faltan, así que tomo nota

  • Anna {drimvic} 16 junio, 2015 at 10:16

    Sonia! Qué ganas tenía de saber qué te había parecido la Provenza… las fotos que has hecho son preciosas y me ha encantado la gîte donde habéis estado! A mí me gustó mucho la zona cuando la visité hace 2 años, aunque es cierto que hay algunos pueblos que están demasiado bien puestos para el turismo y, a mi modo de ver, pierden encanto y genuinidad. Aix en Provence me gustó mucho, muchísimo y la zona del Luberon también. Qué bien que pudieras ver los campos de lavanda, esa fue mi gran pena de mi viaje, en agosto no hay lavanda! besos

    • ToC ToC Vintage 16 junio, 2015 at 23:53

      La Provenza es tan grande Anna, que seguro que con más tiempo, podría haber trazado una ruta un poco más alternativa. De todas formas, reconozco que vale la pena conocerla aunque sólo sea para probar su rosé que está buenísimo!Un beso

  • Lorena | na sua lua 15 junio, 2015 at 15:52

    Bienvenidos de nuevo a casa 🙂
    Nunca he estado en esta zona de Francia y me la apunto! A mí también me gusta mucho Francia y con lo cerquita que lo tengo he ido bien pocas veces… muy mal!

    • ToC ToC Vintage 16 junio, 2015 at 23:48

      Tranquila Lorena, te podría decir lo mismo pero respecto a Portugal, mira que lo tengo cerca y lo poco que lo he explorado! Yo muy mal también!

  • umbilical shop 15 junio, 2015 at 13:51

    Qué bonita tu crónica! Lo cierto es que tenía ganas de saber tu opinión acerca de la zona. Yo fui el año pasado en Septiembre, y me gustó mucho, pero también volví con cierta sensación de «circo turístico» en algunas zonas. Eso sí, todo precioso, muy cuidado, los franceses tienen un respeto y un cuidado de lo público que en España falta aprender todavía. Me quedo con las ganas de saber más hasta el próximo post ^_^

    • ToC ToC Vintage 16 junio, 2015 at 23:47

      Totalmente de acuerdo contigo respecto a los franceses, pero también te digo que los del sur se parecen bastante más a nosotros. Personalmente, de todo lo que he visto de Francia, me quedo con la Bretaña, mucho más salvaje y diferente, a pesar del mal tiempo que hace. Hasta la lluvia tiene su encanto. Un beso Inma

  • Esther 15 junio, 2015 at 12:49

    Pues qué ganas de saber ese descubrimiento…

    Yo venía a decirte que esa manita, esos contrastes, el carrousel y la mesita pequeña vintage, me han robado el corazón 😉
    Es uno de mis viajes pendientes, que intuyo pronto caerán… así que cuando llegue el momento volveré por aquí… 😉

    Preciosas fotografías, me encantan esas aventuras viajeras contadas desde la experiencia y visión más personal.

    Un abrazo.

    • ToC ToC Vintage 16 junio, 2015 at 23:42

      Gracias por tu comentario Esther! La verdad es que respecto a las fotos, regresé con la sensación de que había hecho pocas y tampoco demasiado bonitas… No estaba demasiado concentrada en hacer buenas fotos, prefería disfrutar de los compañeros de viaje 🙂 Un besazo